martes, 20 de noviembre de 2012

La relación del texto y de la música


A. EN LA PRÁCTICA DEL CANTO
La interrelación dinámica entre competencias verbales y musicales es más clara en la canción, en la cual música y palabra están tan unidos que se hace difícil establecer una separación absoluta entre los componentes verbales y los musicales.
El aprendizaje de canciones permite una aproximación al texto o discurso verbal en donde el descubrimiento, comprensión y dominio son facilitados por la dimensión sensible que ofrece el soporte tímbrico, melódico y armónico.
Como las canciones suelen contener algunos términos que no son parte del vocabulario usual de los alumnos o alumnas, o estructuras sintácticas que no les resultan familiares, debe incorporarse una explicación del texto, integrada al estudio completo de sus aspectos musicales.
Por estas razones, se revaloriza la ejercitación del aprendizaje “de memoria” de las canciones. Por otra parte, la práctica del canto entrena el respeto a los principios silábicos y prosódicos esenciales para la educación del oído: el sentido de la frase, de su ritmo, de su dinámica y estructura. Ello contribuye a desarrollar el dominio tanto de la lectura como de la comprensión de un mensaje hablado. Recíprocamente, el lenguaje hablado ayuda a la comprensión de fenómenos rítmicos, tales como la anacrusa, y presenta problemas que deben resolverse musicalmente, tales como la sinalefa.
El estudio de cantos a varias voces o de cánones refuerza las adquisiciones en todos los dominios, al implicar una conciencia más activa de parte del alumno y alumna, con miras a dominar el texto y sus relaciones con los componentes de la altura, la textura y la estructura musical. En determinadas texturas, la música destaca las cualidades melódicas y percusivas de la lengua, por ejemplo, en el canon o en diversas formas polifónicas.
Por último, la práctica del canto permite un acercamiento sensible y cada vez más profundo al uso de la palabra en el lenguaje poético. Este es uno de los aspectos más importantes en la vivencia de la “musicalidad de la lengua”.
B. EN LA AUDICIÓN DE OBRAS VOCALES
La audición comentada de obras vocales ofrece también un contexto privilegiado para la reflexión acerca de la relación texto/música, permitiendo distinguir las especificidades de ambos lenguajes, con sus respectivos aportes y limitaciones.
También se puede hacer que los estudiantes atiendan a las convergencias y divergencias de los efectos musicales y verbales, lo cual supone un acercamiento atento al texto, considerando tanto la explicación de su sentido como de los efectos dispuestos por el autor.
La audición crítica se ve favorecida cuando se emplean adecuadamente el comentario y la expresión de juicios mediante un vocabulario musical.
II. Las herramientas para el comentario de obras musicales (escuchadas, interpretadas o compuestas por los alumnos y alumnas)
Reaccionar, expresar y nombrar las emociones: este primer nivel de comentario de las obras musicales es esencialmente subjetivo y da ocasión para el enriquecimiento del bagaje lingüístico de los estudiantes, en cuanto deben expresar, exteriorizar y comunicar sus impresiones percibidas íntimamente.
El comentario de obras, propio de la enseñanza de la música, supone que debe ponerse a disposición de los alumnos y alumnas el vocabulario justo y preciso. Las nuevas palabras enriquecerán las aptitudes de expresión, tanto oral como escrita.
La conceptualización y el pensamiento musical comprensivo son aspectos influyentes en el trabajo musical de los estudiantes. Por ejemplo, las características distintivas de una pieza musical pueden ser justamente los elementos que alumnas y alumnos usen y modifiquen creativamente en sus composiciones y arreglos. Igualmente, la conceptualización desde un vocabulario musical, adecuado a cada caso, constituye un real aporte a las posibilidades interpretativas de una pieza musical ejecutada por ellos.
En este sentido, la correcta formulación de preguntas en relación al trabajo musical de los estudiantes contribuye al dominio de una terminología cada vez más precisa, al enriquecimiento expresivo de la lengua y a la distinción de aspectos relevantes de las creaciones musicales.
El empleo de la terminología y los recursos verbales deben contemplar los diversos ámbitos de la vivencia musical (colectiva e individual):
a. Ambito físico-acústico.
b. Ambito socio-afectivo.
c. Ambito imaginativo e “icónico”.
d. Ambito poético.
e. Ambito ideativo.